El beso erótico es quizás la más poderosa herramienta de placer, no sólo por la diversidad de juegos que podemos crear con la boca, sino también por su capacidad para estimular pensamientos eróticos. Incluso muchas personas afirman que los besos pueden resultar más excitantes que el mismo coito, o en todo caso una condición necesaria para disfrutar del sexo.
La boca nos provee de una gran variedad de recursos al servicio del placer. Podemos morder, chupar, acariciar, lamer, soplar… esos estímulos pueden combinarse de diferentes formas, aplicarse a zonas más amplias o reducidas de la boca o incluso a cualquier parte del cuerpo. Y además, la intensidad del beso es variable. Leamos lo que dice al respecto el Kama Sutra:
“En general, los besos pueden dividirse en cuatro categorías: moderados, contraídos, rápidos y suaves. Todos se clasifican según la parte del cuerpo a que son aplicados, porque hay distintas clases de besos apropiados para distintas partes del cuerpo.”
En el beso se activan estímulos relacionados con los cinco sentidos: nos conectamos con nuestra pareja desde el gusto, el olfato y el tacto, primordialmente. También escuchamos sonidos relacionados con el beso y nos miramos muy de cerca a los ojos, a menos que los cerremos y, en ese caso, se producen imágenes en nuestra mente.
Cuando nos estamos conociendo con alguien, el primer beso es fundamental y determinante en relación al futuro. Un primer beso excitante es señal, en la mayoría de los casos, de una sexualidad también excitante, y viceversa. De hecho algunos testimonios indican que luego de un primer beso poco sensual, aburrido o incluso desagradable se da por terminada la relación, ya que se extinguen las fantasías eróticas con esa persona. Otros testimonios precisan que un beso apasionado, placentero y con muchas sensaciones estimula las fantasías que desembocarán en un encuentro coital. Es evidente entonces que ese primer beso es predictor de compatibilidad sexual. Las sensaciones que se perciben en ese momento, la comunicación no verbal, la coordinación y ajuste de los movimientos y los “estilos sexuales” que se ponen en juego nos dan una información que difícilmente sea errónea.
También el beso puede ser un camino para recuperar la pasión, en aquellas parejas que han entrado en estados de monotonía erótica. Dedicarse más tiempo a besarse, jugar con diferentes tipos de besos sin estar pendientes del coito, poner en marcha la creatividad para inventar besos diferentes que a la vez se apliquen a todo el cuerpo… eso dará lugar a que luego otros recursos eróticos se vuelvan más atractivos y creativos.
Mi consejo: vamos a sacarle el máximo provecho al beso, la gran potencia erótica.