A menudo, después de una discusión uno se siente desamparado, no sólo por lo que ha ocurrido, sino porque no sabe cómo dirigirse a su pareja, cómo unir los pedazos rotos. ¿Cuáles son los remedios para reanudar el diálogo y convertir cualquier conflicto en un episodio constructivo para la relación?
Cuando la disputa estalla, a veces resulta difícil contener las emociones y, sin querer, traspasamos los límites porque “hablamos antes de pensar”. Cuando pasa el momento crítico, ¿cómo recuperar a tu pareja y reanudar el diálogo? ¿Qué hacer para crear una situación más calmada y razonable para poder empezar de nuevo sobre unas bases menos conflictivas? Te proponemos algunas reglas básicas que te ayudarán a sobrellevar el antes, el durante y el después de la crisis y te darán algunas pistas de cómo dialogar con inteligencia…
TRÁGATE EL ORGULLO
Después de un conflicto, los reproches y las afrentas suelen llevar a la desesperación e impotencia de haber llegado demasiado lejos. Uno tiene la sensación de no saber cómo salir de ese lío. Sin embargo, basta con un pequeño esfuerzo para solucionar las cosas. Entonces, pon algo de tu parte, trágate el orgullo y da tú el primer paso. Esto puede salvar tu relación y, además, demostrar tu madurez. No dar el brazo a torcer no cambiará las cosas y el silencio sólo puede empeorarlas. Además, tienes que reflexionar sobre los reproches que le hiciste a tu pareja (y a la inversa), mirar si son exagerados o si las exigencias de tu pareja van en contra de tus principios.
DATE TIEMPO
No olvides que nadie sale indemne de una discusión y que cualquier disputa permite
comprender y conocer mejor al otro, tanto sus virtudes como sus defectos. Sin embargo, no esperes que tras una riña puedas hablar tranquilamente con tu pareja, o con un amigo o amiga. Si discutís sobre lo ocurrido enseguida, evitaréis que la situación se desborde, pero si te sientes traicionado y herido, es mejor que te tomes tu tiempo para digerir lo sucedido porque en ese momento no serás objetivo ni razonable.
ACEPTA LA DIFERENCIA
Hay que saber arreglárselas en cada discusión, porque todo conflicto puede ser constructivo para una pareja. Puede permitirte, a ti y a tu cónyuge, afirmar vuestro punto de vista y forjar el carácter, ya que discutirse también es una forma de comunicar los deseos, las necesidades y las carencias para una relación más satisfactoria. Además, estas crisis sirven para conocer mejor al otro. También tienes que aprender a apreciar sus diferencias, porque no siempre son defectos! Y cuidado con los reproches, sobre todo si son infundados y de poca importancia.
EVITA EL CONFLICTO
Es evidente que el mejor modo de reanudar el diálogo es evitando cualquier conflicto! Cuando veas que la tensión empieza a palparse en el ambiente, concéntrate y piensa en escuchar a tu pareja y en respetar su punto de vista aunque diste mucho del tuyo. En ese instante, debes hacerte las siguientes preguntas principales: cuál es el origen del problema, qué parte de responsabilidad tienes y qué soluciones pueden resolver el problema. De este modo, podrás evitar la discusión, puesto que favoreces la atención y el diálogo. El diálogo es una forma para comprender mejor los deseos, necesidades y reivindicaciones de un amigo, o amiga, o de tu pareja.
En general, toda tormenta pasa rápido...un conflicto se olvida rápidamente porque los buenos momentos que compartes entre amigos o con tu pareja pesan mucho más !!...