Ser el amante de una mujer casada comporta algunos problemas, pero cuando además hay niños, ¿puede el amor fluir libremente?
Estás enamorado de una mujer casada, no de sus hijos… Pero lo que está claro es que ella nunca renunciará a ellos. Así que si quieres que vuestra relación funcione, tendrás que aceptarlos.
El problema es que cuando está con los niños, no quiere que la toques. De repente se transforma en una madre de familia cargada de normas; deja de ser esa mujer de la que te enamoraste. Además, cuando los niños van a tu casa lo desordenan todo, pero no te atreves a decirles nada. De hecho, no tienes ninguna intención de criarlos, en caso de que ella llegara a dejar a su marido. Sin embargo, no le dejará si no está segura de poder quedarse con los pequeños.
Os queréis mucho, pero tienes absoluto pánico de que vuestra historia esté abocada al fracaso si no aceptas a su prole… ¿Qué puedes hacer?.
CONCILIAR MATERNIDAD CON SENSUALIDAD
Es normal que tu compañera no quiera elegir entre sus hijos y tú. Sus niños no son animales domésticos que puedan confiársele al vecino para que no tengas que aguantarlos. Como sabes, debéis encontrar un acuerdo común. Hazle notar su cambio de actitud cuando está con sus retoños. La ayudarás. Quizá sienta culpa de separarlos de su padre, lo que explica que esté en tensión cuando está contigo y con ellos a la vez. Recuérdale también que no debe sacrificar su cuerpo en aras de la maternidad: muchas mujeres, en efecto, temen conmocionar a sus hijos al dar rienda suelta a su sensualidad. Si ella les explica el amor que os une a los dos seguramente se sentirá más libre de aceptar tus caricias y las de ellos.
ACLARAR LA SITUACIÓN
En tu casa, tú pones la reglas. No tienes por qué permitirle todo a su hijos para que ella te acepte. Al contrario, poniendo límites justos, ellos te respetarán más. Quizá no estés preparado para criarlos, pero la realidad es que no tienes otra opción si lo que quieres es tener una relación duradera. Decídete pronto, antes de que hagas daño a la mujer que amas. Si no estás dispuesto a vivir con sus niños, cuanto lo antes lo sepa, mejor.
Al elegir a una mujer casada no has optado por la opción más fácil. Evita ser un amante depredador, que sólo satisface sus deseos y rechaza al ser que ama cuando no consigue lo que quiere. Habla con ella. Explícale tus reticencias: tu sinceridad es la clave del éxito para vuestra relación.